Portal de navegación del colectivo literario La Tribu 11:

http://latribu11com.blogspot.com


18/1/12

Necroslogía. O cómo seguir soñando…


Uno de esos indeseados chisporroteos informáticos me dejó fuera de la Red en unos días muy especiales. Muy. Porque tras varios meses de trabajo hemos publicado la antología de cuentos Necroslogía.

¿Dónde, qué, cómo?...  Seguir el enlace…



Los autores de los relatos hicimos el libro, la página web, el book-trailer (en un ratito estará subido en la página), todo de principio a fin, detalle por detalle, a veces tras largas deliberaciones, otras teniendo que rehacer el trabajo una y otra vez. Cada uno, además de escribir un cuento, aportó en la medida de sus tiempos, de sus saberes, de sus posibilidades. Y aquí está. ¿Cómo no van a ser estos días unos hermosos días?

No, no hicimos todo, en realidad. El prólogo es obra de Paco Illán Vivas, a quien le agradezco profundamente su buena voluntad y su buen hacer.

No daré más detalles del libro en esta entrada, ¡porque lo que vale la pena decir ya lo encontrarán en su blog! Una página que no tiene desperdicio en ninguno de sus apartados, debo decir.

Si fuese una buena vendedora (marketing, en palabras elegantes) emplearía este espacio para convencerlos, estimados lectores, de que se apresuren a visitar la página de Necroslogía, que compren el libro en papel (aunque si viven fuera de España no se los aconsejo, los costos de envío son estratosféricos) o que, por lo menos, descarguen en forma gratuita el PDF. Y que, además, lean la Antología. Y que nos cuenten (enseguida, enseguida) si les gustó o no (espero que sí :) ). Y que recomienden el libro a sus amigos, compañeros, familiares y también a los desconocidos con los que se cruzan en la calle. Emplearía toda una página para ello. Pero no soy una buena vendedora; más aún, soy mala vendedora, lo sé. Así que… Simplemente: pasen y vean. Yo solo esperaré, con paciencia, los comentarios (aunque me desvelo esperando, jajaja).


Necroslogía es, para mí, más que una antología de cuentos: es un libro hecho con nuestras propias manos. Aunque sean manos virtuales… Pero no. A estas alturas los integrantes del colectivo literario La Tribu no somos virtuales, no estamos digitalizados; aunque la mayoría no nos conocemos en la vida real y poco sepamos los unos de los otros, tenemos un hacer en común, un compartir en común que vuelve innecesaria cualquier otra consideración. Si tuviera que definir en forma sencilla qué es La Tribu para mí, lo diría de forma realmente sencilla: un espacio donde soy feliz.


Hace bastante tiempo, cuando comencé a buscar información para escribir un artículo sobre la Editorial Eloísa Cartonera (Prosofagia 9, agosto 2010), quedé enamorada de su página web (http://www.eloisacartonera.com.ar). En ella hablan de cómo el proyecto surgió durante la peor crisis económica del país, cuando la destrucción de las fuentes de trabajo empujó a la gente a la calle, a los clubes de trueque y al cartoneo para sobrevivir, cuando no al saqueo de supermercados. De cómo los creadores de Eloísa Cartonera decidieron embarcarse en la loca idea de pelearle a la crisis, sumando a los marginados del sistema para hacer cultura y vender libros al mismo tiempo que un kilo de papas o un atado de lechuga.

De esa página copio un fragmento:

«Pero lo mejor que nos pasó, además de conocerlos a ustedes, fue convertirnos en cooperativa. Al principio nos costó despertarnos, darnos cuenta. Antes, todos nosotros estábamos dormidos… Con el cooperativismo aprendimos que el trabajo es lo mejor que nos puede pasar. Convertimos el trabajo en parte de nuestra vida, y nunca una obligación, algo desagradable; convertimos al trabajo en un sueño, en nuestro proyecto.
Aprendimos a confiar en el otro, a ser mejores compañeros, a esforzarnos por un objetivo común, por algo más que nuestro propio ombligo. Conocimos muchas cosas, ente tantas otras nuestro tierno corazón, aleteando, como un murciélago moribundo que no logra escapar por la ventana… ¡Que el trabajo sea una alegría fue nuestro mayor descubrimiento!».

En el momento que leí este fragmento me dije: tengo que ir. Tengo que ir allí, a ese local, hablar con ellos, respirar ese aire. No solo por el artículo. Un lugar donde el trabajo es un sueño y una alegría compartida es un lugar que uno no puede dejar pasar como si se tratase de un cartel indicador al costado del camino. Fui. Vi a gente que trabajaba duro y sin tomarse un respiro y, mientras tanto, contaban historias hermosas, de esas que uno no olvida, porque son historias en las que se remonta el fracaso, los tropiezos, las caídas a fuerza de trabajo y de ideas. Cuando llegó el horario de finalización de las clases de la escuela cercana, los pibes, rumbo a su casa, pasaban por el local; los chicos —que son más agudos que nosotros, los adultos— sabían que allí existía un mundo maravilloso y lleno de risas. Un mundo maravilloso creado alrededor de los libros.


La Tribu no es una editorial ni una cooperativa sino un colectivo literario. Pero cuando pienso en ella, pienso en el fragmento que acabo de citar. Por eso, quizás, tenemos una página web destinada a una antología de cuentos sobre la muerte que tiene, como figura principal, incluso como administrador, a Monki. Porque tomarse en serio el escribir sobre la Muerte (y nos tomamos en serio cada cuento que escribimos) no es óbice, en La Tribu, para no reírnos con los videos que ahora pueden encontrar en Monki Town (pestaña "Monki", arriba).

No disfrutar del hacer entre todos es, definitivamente, estar dormido. O eso es lo que creo.




PD: cuando le dé las últimas puntadas a un cuento delirante y absurdo que tengo entre manos,  sobre Necroslogía, lo subiré :)

3/1/12

Revista literaria Prosofagia 14



El nuevo año viene cargado de esperanzas, de proyectos: recién estrenado, brillante, todavía sin ajaduras, remiendos ni reparaciones hechas con ataduras de alambre. El inicio de un año es como regresar a la infancia, a la época en que todo era posible, incluso los sueños.

Luego, el mundo dará vueltas y más vueltas; quizás las cosas vayan bien, quizás no tan bien. Quizás el azar intervenga, o los destinos se decidan en ámbitos en los cuales uno no tiene participación. Pero siempre habrá decisiones que tomaremos por nuestra cuenta y de las cuales dependerá si seguiremos soñando o no.

El 2011 fue un año difícil. Dejémoslo atrás. Apostar a seguir caminando hacia ese horizonte lejano, que, como dijo el poeta, nunca alcanzaremos, ¡pero sirve para caminar!

Caminar.

Prosofagia 14, con suma ilusión...




Índice de Contenidos

Secciones
HUMOR GRÁFICO: «Conciencia de autor» (Nelo),
SEA BUEN ALBAÑIL: «Comma, coma, Comala I» (Esther),
«Comma, coma, Comala II» (Esther),
LITERATURA Y TECNOLOGÍA DIGITAL: «Gadgets antiliterarios: La nube de palabras» (zoquete),
SOBRE LA LITERATURA: «Leyendo a Barthes: Análisis del relato» (Elisabet),
ENTREVISTAS Y ARTÍCULOS: «VI Encuentro de Literatura Fantástica en Dos Hermanas» (Teo Palacios),
«Entrevista a Laura Gallego» (Elisabet),
«Las conversaciones de Formentor» (Melusina)
 Tríptico de felicitaciones: NAVIDAD «Cuartetas navideñas al niño Dios» por Lola Vicente, 
AÑO NUEVO Y REYES por Prosofagia.

Cuentos y Poesías

«La canción que va más allá» y «Estar aquí» por Julio Maruri (manuscritos inéditos).
«La despedida» por Pedro
«Sin hablar» por Natalia Rubio (Natts)
«Caín revisited» por zoquete
«El niño de los lazos» por Delia Aguiar
«El muro» por Manuel Pérez Recio (Nelo)
«Enola grain» por Agustín Capeletto
«Acecho en la Catedral» por Fernando Castellano Ardiles (Gothian)
«A mi hermano Miguel Ángel» por Lola Vicente
«JoséPepe» por Plácido Fernández González (Plásido)
«Dolores, la Curadora» por Harvey
«La cima del círculo» por Daniel A. Franco (D)
«Tríptico del pasado, presente y el futuro» por Pedro de los Ángeles
«El patito feo» por pepsi
«El bello sonido del agua» por Jesús García Lorenzo (clarinete)
«El prisma» por Ricardo Durán (Coloso)
«El traidor sin nombre» por Vanessa Navarro Reverte (Madelyne Blue)
«Gripe» por Boris Rudeiko
«El refugio» por Sergio José Martínez (Valls)
«A fuerza de tanto recordarte» por Janet Guerra
«Una mañana de octubre de los años setenta» por Edgardo Benítez
«El ángel chueco» por Esther

Fotografías:  Cesare Croci, CesareOne; Daniel Seller; José Luis Jaime Cortés; José Manuel Solana; Manel Llopart Roviró, Natalia Rubio, Natts;  Viñeta (HUMOR GRÁFICO): Nelo; Pintura: «No me des amor, sólo abrázame» de Shino Watabe.