Portal de navegación del colectivo literario La Tribu 11:

http://latribu11com.blogspot.com


26/1/09

El columpio

El chico de enfrente
Me quieree pegaar
Pooor un ajíiiiii



—¡Nena! ¡Bajá la voz! ¡No dejás dormir a nadie!

—Sí, mami…

—Hablo en serio. O hacés silencio, o te hago entrar… ¡y a la cama!

—Ta bien, mami…


La niña se impulsó de nuevo, envuelta en el viento del columpio subiendo, bajando, subiendo, la cara levantada al cielo y los ojos cerrados. El lazo carmesí en la cintura hacía juego con el que sujetaba su trenza: una nota de color en el blanco del vestido y de su piel translúcida asomando bajo las puntillas.


por un tomate,
poor una taazaa
de chocoolaateee


—¡Nenaa…!


Dejó de cantar. La luz de las estrellas atravesaba sus párpados, y ella no quería que la obligaran a cumplir el rito —absurdo, adulto— de encerrarse en la casa, en el dormitorio, entre sábanas que huelen a muerto y no al rocío que crece en las rosas y los jazmines, en los canteros prolijos y el césped recién cortado del parque.

Volvían de una juerga a las tres de la madrugada, zigzagueando por el medio de la calle.

Voces de borrachos, interrumpidas al observar, entre la maleza y el abandono y los postigos sucios de leyendas obscenas, un columpio subiendo, bajando, subiendo. Solitario, como si bastara la luz de la luna para impulsarlo.