Portal de navegación del colectivo literario La Tribu 11:

http://latribu11com.blogspot.com


29/9/07

Soy un caso perdido

Mario Benedetti

Por fin un crítico sagaz reveló
(ya sabía yo que iban a descubrirlo)
que en mis cuentos soy parcial
y tangencialmente me exhorta
a que asuma la neutralidad
como cualquier intelectual que se respete

creo que tiene razón
soy parcial
de esto no cabe duda
más aún yo diría que un parcial irrescatable
caso perdido en fin
ya que por más esfuerzos que haga
nunca podré llegar a ser neutral

en varios países de este continente
especialistas destacados
han hecho lo posible y lo imposible
por curarme de la parcialidad
por ejemplo en la biblioteca nacional de mi país
ordenaron el expurgo parcial
de mis libros parciales
en argentina me dieron cuarenta y ocho horas
(y si no me mataban) para que me fuera
con mi parcialidad a cuestas
por último en perú incomunicaron mi parcialidad
y a mi me deportaron

de haber sido neutral
no habria necesitado
esas terapias intensivas
pero qué voy a hacerle
soy parcial
incurablemente parcial
y aunque pueda sonar un poco extraño
totalmente
parcial

ya sé
eso significa que no podré aspirar
a tantísimos honores y reputaciones
y preces y dignidades
que el mundo reserva para los intelectuales
que se respeten
es decir para los neutrales
con un agravante
como cada vez hay menos neutrales
las distinciones se reparten
entre poquísimos

después de todo y a partir
de mis confesadas limitaciones
debo reconocer que a esos pocos neutrales
les tengo cierta admiración
o mejor les reservo cierto asombro
ya que en realidad se precisa un temple de acero
para mantenerse neutral ante episodios como
girón
tlatelolco
trelew
pando
la moneda

es claro que uno
y quizá sea esto lo que quería decirme el crítico
podría ser parcial en la vida privada
y neutral en las bellas letras
digamos indignarse contra pinochet
durante el insomnio
y escribir cuentos diurnos
sobre la atlántida

no es mala idea
y claro
tiene la ventaja
de que por un lado
uno tiene conflictos de conciencia
y eso siempre representa
un buen nutrimeto para el arte
y por otro no deja flancos para que lo vapulee
la prensa burguesa y/o neutral

no es mala idea
pero
ya me veo descubriendo o imaginando
en el continente sumergido
la existencia de oprimidos y opresores
parciales y neutrales
torturados y verdugos
o sea la misma pelotera
cuba sí yanquis no
de los continentes no sumergidos

de manera que
como parece que no tengo remedio
y estoy definitivamente perdido
para la fructuosa neutralidad
lo más probable es que siga escribiendo
cuentos no neutrales
y poemas y ensayos y canciones y novelas
no neutrales
pero advierto que será así
aunque no traten de torturas y cárceles
u otros tópicos que al parecer
resultan insoportables a los neutros

será así aunque traten de mariposas y nubes
y duendes y pescaditos


COTIDIANAS (1979)

http://www.cervantesvirtual.com/index.jsp

Instrucciones para llorar

Julio Cortázar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.


!Ah!

No sois amigos y nunca lo sereis. Seguireis enamorados hasta que ese amor os mate. Luchareis, os amareis, y os odiareis hasta que os den ganas de morir, pero nunca sereis amigos. El amor no está aquí, niños, está aquí en la sangre que grita en vuestro interior por lo que quiere.

Yo amaré a una zorra, pero al menos soy lo bastante hombre para admitirlo.

(Spike, 3ª temporada, "El paseo de los amantes")

......................................

Anya: Esto no es una relación de verdad. Tú no me necesitas. Lo único que obtienes de mí son muchos orgasmos.

Xander: Anya, ¿qué te dije de las conversaciones privadas? ¿Y de no hablar de ellas delante de mis amigos?

Spike: Oh, no somos tus amigos, ¡adelante!

Giles: No, por favor.

(4º Temporada)

...........................................

¿Qué pasa?¿Es que ahora todo el mundo tiene alma? Yo empecé con esto, antes de que se pusiese de moda.

(Angel, 7ª temporada)

................................

28/9/07

Curiosidades de madrugada

A veces, de madrugada, te caes en una hora imprecisa y única. No porque a esa hora te ilumines con las ideas que más te sorprendan, ni porque a esa hora recuerdes (otra vez y espantado) que eres mortal y el corazón te late casi en taquicardia, ni porque sea la hora en la cual uno despierta preguntándose si cerró con llave la puerta. Tampoco porque sea el momento de prometerse a uno mismo que mañana, ¡ah!, mañana uno sí tomará la vida en serio y la vivirá sin amarguras estúpidas. Tampoco me refiero a la hora mágica en que miras, como si fuera la primera vez (o aunque sea la primera vez) a quien duerme a tu lado, y respiras con ternura y te extiendes con leve cansancio. Por cierto, no es la hora (todas las horas) en las que escuchas, intranquilo, la respiración febril del niño.

No, esta hora es mucho más prosaica: tienes sueño pero no tanto, nada trascendental pasa por tu cabeza, pero miras el reloj, sabes que sonará indefectiblemente poco después, quieres dormir, dormir ya y apurado, pero no hay caso, no padeces de insomnio, no, pero esta noche... ¡Ah!, esta noche quedas atrapado entre una mente en vigilia y la desesperada necesidad de dormir porque mañana, ya sabes, te espera un día...

Esa es la hora en la que estoy, aquí y ahora. Y llueve. Y la invasión de desubicados mosquitos que nos asolaron durante diez días ha sufrido igual destino que otros ejércitos: la derrota por el frío.

Ya sin esperanzas, preparo unos mates. Mientras, aprovecho para hacerme las preguntas que nunca tengo tiempo de preguntarme.

Por ejemplo:¿y qué hago yo con un blog? Porque, ¡vaya!

Vaya...

12/9/07

“No habrá más penas ni olvido”, Argentina



“Mi Buenos Aires querido” es uno de los tangos más conocidos (y significativos) del repertorio de Carlos Gardel.

De este tango, el escritor argentino Osvaldo Soriano extrajo el título para una de sus novelas, luego llevada al cine por Héctor Olivera.


Mi Buenos Aires querido

Letra: Alfredo Lepera/ Música: Carlos Gardel /Año: 1934

Mi Buenos Aires querido,
cuando yo te vuelva a ver
no habrá más penas ni olvidos.
El farolito de la calle en que nací
fue centinela de mis promesas de amor;
bajo su quieta lucecita yo la ví
a mi pebeta luminosa como un sol.
Hoy, que la suerte quiere que te vuelva a ver,
ciudad porteña de mi único querer,
y oigo la queja de un bandoneón,
dentro del pecho pide rienda el corazón.

Mi Buenos Aires,
tierra querida,
donde mi vida terminaré
bajo tu amparo.
no hay desengaños,
vuelan los años,
se olvida el dolor...
En caravana
los recuerdos pasan
con una estela
dulce emoción.
Quiero que sepas
que al evocarte
se van las penas
del corazón.

La ventanita de mi calle de arrabal,
donde sonríe una muchachita en flor,
quiero de nuevo yo volver a contemplar
aquellos ojos que acarician al mirar.
En la cortada más maleva una canción
dice su ruego de coraje y de pasión.
Una promesa y un suspirar
borró una lágrima de pena aquel cantar.

Mi Buenos Aires querido,
cuando yo te vuelva a ver
no habrá más penas ni olvido.

http://www.elportaldeltango.com/indice/mibuen.htm

http://www.youtube.com/watch?v=Aa_N71VXQnM (Carlos Gardel)




No habrá más penas ni olvidos


La novela “ No habrá más penas ni olvidos” fue escrita en 1974; pero no eran épocas para su publicación y Soriano ya caminaba al exilio. Pasaron varios años hasta que vio a la luz, y no en el país cuyas turbulencias quedarían inscriptas en el imaginario pueblo de Colonia Vela.

Fragmento 1:

—Tenés infiltrados —dijo el comisario.
—¿Infiltrados? Acá sólo trabaja Mateo, y hace veinticuatro años que está en la delegación.
—Está infiltrado. Te digo, Ignacio, echalo porque va a haber lío.
—¿Quién va a hacer lío? Yo soy el delegado y vos me conocés bien. ¿Quién va a joder?
—El normalizador
—¿Quién?
—Suprino. Volvió de Tandil y trae la orden.
—Suprino es amigo, qué joder. Hace un mes le vendí la camioneta y todavía me debe
plata.
—Viene a normalizar.
—Normalizar qué. Estás leyendo muchos diarios, vos.
—El Mateo es marxista comunista.
—¿Quién te metió eso en la cabeza? Mateo fue a la escuela con nosotros.
—Se torció.
—Pero si lo único que hace es cobrar los impuestos y arreglar los papeles de la oficina.
—Yo te aviso, Ignacio, echalo.
—Cómo lo voy a echar, gordo. Se me va a venir el pueblo encima.
—¿Y para qué estoy yo?
—¿Para qué estás?
—Para cuidar el orden en el pueblo.
—Vamos, gordo, vos estás jodiendo. Andá a la mierda.
—Te digo en serio. Suprino está en el bar. Te va a ir a ver, te va a aconsejar.
—Que me pague lo que me debe antes. Si no, te lo voy a denunciar.

Fragmento 2:

—¡Che, Moyanito, vení!
El placero soltó la manguera y caminó apurado.
—Diga, don Ignacio.
—Decime, ¿qué te parece si los meto presos a Guzmán y a Suprino?
—¿Qué hicieron, don Ignacio?
—Se han sublevado.
—¿Qué es eso?
—Me quieren echar.
—¡A usted!
—Sí. A mí y a Mateo.
—¡Pero don Mateo de qué va a vivir! ¡Tiene la señora enferma y la hija estudia en Tandil!
—Nos quieren echar.
—¿Por qué, don Ignacio?
—Dicen que no soy peronista.
—¿Que no es peronista? —el placero se rió—; yo lo vi a usted a las piñas acá con Guzmán por defenderlo a Perón.
—Los meto presos.
El viejo placero se quedó pensando.
—¿Y qué dice el comisario?

Fragmento 3:

Ahora estaba parado allí, cubierto de luz. Se dobló para levantar el cigarrillo y le costó llegar con la mano al suelo. Por un instante la atención de los tres hombres se fijó en él. Peláez, al agacharse, había descubierto el cuerpo de Moyano, tapado con diarios. Se acercó, y levantó uno y le miró la cara. Otra vez rompió a llorar. Se puso de rodillas, abrazó el cadáver y lo estrechó contra su cuerpo. Ignacio vio que el clavel se aplastaba sobre la nariz del placero.

http://www.esnips.com//web/OsvaldoSoriano/?widget=html_box


Osvaldo Soriano habla sobre Cortázar
http://www.buenosairessos.com/articulo-106.html


Osvaldo Soriano
http://www.audiovideotecaba.gov.ar/areas/com_social/audiovideoteca/literatura/soriano_bio2_es.php

11/9/07

Di sílabas extrañas (El Salvador)

Roque Dalton García (1933 - 1975), militante de la literatura y también de su gente, ha dejado páginas memorables, como:


Alta hora de la noche


Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendrá la muerte y el reposo.

Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.

Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.

No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.

No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.

No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.



10/9/07

Por eso vine a Comala, México

¿Qué puede decirse sobre Juan Rulfo que no se haya dicho ya?


Y nada que pueda decirse sobre “Pedro Páramo” es comparable a su lectura.


Pedro Páramo


Fragmento 1

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. "No dejes de ir a visitarlo -me recomendó. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte." Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas. Todavía antes me había dicho:

-No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.

-Así lo haré, madre.

Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala.


Fragmento 2

-Mejor no hubieras salido de tu tierra. ¿Qué viniste a hacer aquí?

-Ya te lo dije en un principio. Vine a buscar a Pedro Páramo, que según parece fue mi padre. Me trajo la ilusión.

-¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido. Pagué con eso la deuda de encontrar a mi hijo, que no fue, por decirlo así, sino una ilusión más; porque nunca tuve ningún hijo. Ahora que estoy muerta me he dado tiempo para pensar y enterarme de todo. Ni siquiera el nido para guardarlo me dio Dios. Sólo esa vida arrastrada que tuve, llevando de aquí para allá mis ojos tristes que siempre mirando de reojo como buscando detrás de la gente, sospechando que alguien me hubiera escondido a mi niño. Y todo fue culpa de un maldito sueño. He tenido dos: a uno de ellos lo llamo el "bendito" y al otro el "maldito". El primero fue el que me hizo soñar que había tenido un hijo. Y mientras viví, nunca dejé de creer que fuera cierto; porque lo sentí entre mis brazos, tiernito, lleno de boca y de ojos y de manos; durante mucho tiempo conservé en mis dedos la impresión de sus ojos dormidos y el palpitar de su corazón. ¿Cómo no iba a pensar que aquello fuera verdad? Lo llevaba conmigo a dondequiera que iba, envuelto en mi rebozo, y de pronto lo perdí. En el cielo me dijeron que se habían equivocado conmigo. Que me habían dado un corazón de madre, pero un seno de una cualquiera. Ése fue el otro sueño que tuve. Llegué al cielo y me asomé a ver si entre los ángeles reconocía la cara de mi hijo. Y nada. Todas las caras eran iguales, hechas con el mismo molde. Entonces pregunté. Uno de aquellos santos se me acercó y, sin decirme nada, hundió una de sus manos en mi estómago como si la hubiera hundido en un montón de cera. Al sacarla me enseñó algo así como una cáscara de nuez: "Esto prueba lo que te demuestra".

"Tú sabes cómo hablan raro allá arriba; pero se les entiende. Les quise decir que aquello era sólo mi estómago engarruñado por las hambres y por el poco comer; pero otro de aquellos santos me empujó por los hombros y me enseñó la puerta de salida: 'Ve a descansar un poco más a la tierra, hija, y procura ser buena para que tu purgatorio sea menos largo.´ "Ése fue el sueño 'maldito' que tuve y del cual saqué la aclaración de que nunca había tenido ningún hijo. Lo supe ya muy tarde, cuando el cuerpo se me había achaparrado, cuando el espinazo se me saltó por encima de la cabeza, cuando ya no podía caminar. Y de remate, el pueblo se fue quedando solo; todos largaron camino para otros rumbos y con ellos se fue también la caridad de la que yo vivía. Me senté a esperar la muerte. Después de que te encontramos a ti, se resolvieron mis huesos a quedarse quietos. 'Nadie me hará caso', pensé. Soy algo que no le estorba a nadie.

http://www.sololiteratura.com/rul/rulobras.htm

http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/juanrulfo/home.htm

8/9/07

De tanta hoguera una ceniza amarga, Chile

“... ¿Quién podrá llegar hasta el litoral chileno y asomarse al Pacífico implacable sin que los versos de la Barcarola vuelvan desde la ya remota Residencia en la tierra, quién subirá a Macchu Picchu sin sentir que Pablo lo precede en la interminable teoría de peldaños y colmenas? Lo digo con riesgo, lo digo con dolor: cuánta poesía querida se me adelgazó entre las manos después de esa terrible precipitación mineral y celular. Y lo digo también con gratitud: porque ningún poeta mata a los demás poetas, simplemente los ordena de otra manera en la trémula biblioteca de la sensibilidad y la memoria. Habíamos vivido y leído de prestado, aunque los préstamos fueran tan hermosos; habíamos amado en poesía algo como un privilegio diplomático, una extraterritorialidad, el nepente verbal de tanta torpe tiranía y tanta insolente expoliación de nuestras vidas civiles; sin soberbia, sin jamás reprocharnos nuestras delicadas prescindencias, Neruda nos abrió la más ancha de las puertas hacia esa toma de conciencia que algún día se llamará de veras libertad. Ahora podíamos seguir leyendo a Mallarmé y a Rilke, puestos en su órbita precisa, pero ahora no podíamos negar que éramos latinoamericanos; yo sé, lo sabe lo más exigente de mi ser, que nadie salió perdiendo en esa furiosa confrontación de materias poéticas...”

“Neruda Entre Nosotros” por Julio Cortázar (Ginebra, 1973)

http://www.neruda.uchile.cl/critica/jcortazar.html



Sonata con dolores

(en Geografía Infructuosa)


Cada vez resurrecto
entrando en agonía y alegría,
muriendo de una vez
y no muriendo,
así es, es así y es otra vez así.

El golpe que te dieron
lo repartiste alrededor de tu alma,
lo dejaste caer de ropa en ropa
manchando los vestuarios
con huellas digitales
de los dolores que te destinaron
y que a ti sólo te pertenecían.

Ay, mientras tú caías
en la grieta terrible,
la boca que buscabas
para vivir y compartir tus besos
allí cayó contigo, con tu sombra
en la abertura destinada a ti.

Porque, por qué, por qué te destinaste
corona y compañía en el suplicio,
por qué se atribuyó la flor azul,
la participación de tu quebranto?

Y un día de dolores como espadas
se repartió desde tu propia herida?
Sí, sobrevives. Sí, sobrevivimos
en lo imborrable, haciendo
de muchas vidas una cicatriz,
de tanta hoguera una ceniza amarga,
y de tantas campanas
un latido, un sonido bajo el mar.

http://www.neruda.uchile.cl/index.html

7/9/07

La llanura es bella y terrible (Venezuela)

“Doña Bárbara” es la obra más conocida de Rómulo Gallegos (1884-1969), escritor y político venezolano, y sin dudas uno de los más importantes representantes de la literatura venezolana y americana del siglo XX.

“Doña Bárbara” y sus personajes, emblemáticos, simbólicos, adquieren su dimensión real en el momento socio-histórico en el que se desenvuelve la historia, y también en el espacio geográfico: el llano de Apure.

“Doña Bárbara”, fragmento

" La llanura es bella y terrible a la vez; en ella caben holgadamente, hermosa vida y muerte atroz; ésta acecha por todas partes, pero allí nadie le teme.

(...)
Horas más tarde, míster Danger la vio pasar, Lambedero abajo. La saludó a distancia, pero no obtuvo respuesta. Iba absorta, fija hacia delante la vista, al paso sosegado de su bestia, las bridas flojas entre las manos abandonadas sobre las piernas. Tierras áridas, quebradas por barrancas y surcadas de terroneras. Reses flacas, de miradas mustias, lamían aquí y allá, en una obsesión impresionante, los taludes y peladeros del triste paraje. Blanqueaban al sol las osamentas de las que ya habían sucumbido, víctimas de la tierra salitrosa que las enviciaba hasta hacerlas morir de hambre, olvidadas del pasto, y grandes bandadas de zamuros se cernían sobre la pestilencia de la carroña. Doña Bárbara se detuvo a contemplar la porfiada aberración del ganado y con pensamientos de sí misma materializados en sensación, sintió en la sequedad saburrosa de su lengua, ardida de fiebre y de sed, la aspereza y la amargura de aquella tierra que lamían las obstinadas lenguas bestiales. Así ella en su empeñoso afán de saborearle dulzuras a aquel amor que la consumía. Luego, haciendo un esfuerzo por librarse de la fascinación que aquellos sitios y aquel espectáculo ejercían sobre su espíritu, espoleó el caballo y prosiguió su errar sombrío. "

http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1739

6/9/07

A las cinco de la tarde, España

Si se requiriese presentación alguna para Federico García Lorca, continuar este blog carecería de sentido...

En 1935 escribió su elegía “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías”, de la cual el poema que sigue es su primera parte.


La cogida y la muerte


A las cinco de la tarde.

Eran las cinco en punto de la tarde.

Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.

Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.

Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.

Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.

Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.

Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.

Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.

Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.

En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.

¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.

Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,

cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,

la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.

Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.

El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.

El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.

A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.

Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.

Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,

y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!


http://www.tinet.org/~picl/libros/glorca/gl000000.htm


http://es.wikipedia.org/wiki/Federico_García_Lorca

2/9/07

Viaje a un país de cronopios (foros literarios)


Foros literarios: Prosófagos



Viaje a un país de cronopios - Julio Cortázar

La embajada de los cronopios


Los cronopios viven en diversos países, rodeados de una gran cantidad de famas y de esperanzas, pero desde hace un tiempo hay un país donde los cronopios han sacado las tizas de colores que siempre llevan consigo y han dibujado un enorme SE ACABÓ en las paredes de los famas, y con letra más pequeña y compasiva la palabra DECÍDETE en las paredes de las esperanzas, y como consecuencia de la conmoción que han provocado estas inscripciones, no cabe la menor duda de que cualquier cronopio tiene que hacer todo lo posible para ir inmediatamente a conocer ese país. Cuando se ha decidido ir inmediatamente a conocer ese país, lo primero que sucede es que la embajada del país de los cronopios comisiona a varios de sus empleados para que faciliten el viaje del cronopio explorador, y por lo regular este cronopio se presenta a la embajada donde tiene lugar el diálogo siguiente, a saber: ­Buenas salenas cronopio cronopio. ­Buenas salenas, usted saldrá en el avión del jueves. Favor llenar estos cinco formularios, favor cinco fotos de frente. El cronopio viajero agradece, y de vuelta en su casa llena fervorosamente los cinco formularios que le resultan complicadísimos, aunque por suerte una vez llenado el primero no hay más que copiar las mismas equivocaciones en los cuatro restantes. Después este cronopio va a un Fotomatón y se hace retratar en la forma siguiente: las cinco primeras fotos muy serio, y la última sacando la lengua. Esta última el cronopio se la guarda para él y está contentísimo con esa foto. El jueves el cronopio prepara las valijas desde temprano, es decir que pone dos cepillos de dientes y un calidoscopio, y se sienta a mirar mientras su mujer llena las valijas con las cosas necesarias, pero como su mujer es tan cronopio como él, olvida siempre lo más importante a pesar de lo cual tienen que sentarse encima para poder cerrarlas, y en ese momento suena el teléfono y la embajada avisa que ha habido una equivocación y que deberían haber tomado el avión del domingo anterior, con lo cual se suscita un diálogo lleno de cortaplumas entre el cronopio y la embajada, se oye el estallido de las valijas que al abrirse dejan escapar osos de felpa y estrellas de mar disecadas, y al final el avión saldrá el próximo domingo y favor cinco fotos de frente. Sumamente perturbado por el cariz que toman los acontecimientos, el cronopio concurre a la embajada y apenas le han abierto la puerta grita con todas las amígdalas que él ya ha entregado las cinco fotos junto con los cinco formularios. Los empleados no le hacen mayor caso y le dicen que no se inquiete puesto que en realidad las fotos no son tan necesarias, pero que en cambio hay que conseguir en seguida un visado checoslovaco, novedad que sobresalta violentamente al cronopio viajero. Como es sabido, los cronopios son propensos a desanimarse por cualquier cosa, de manera que grandes lágrimas ruedan por sus mejillas mientras suspira: ­¡Cruel embajada! Viaje malogrado, preparativos inútiles, favor devolverme las fotos. Pero no es así, y dieciocho días más tarde el cronopio y su mujer despegan en Orly y se posan en Praga después de un viaje donde lo más sensacional es como de costumbre la bandeja de plástico recubierta de maravillas que se comen y se beben, sin contar el tubito de mostaza que el cronopio guarda en el bolsillo del chaleco como recuerdo. En Praga cunde una modesta temperatura de quince bajo cero, por lo cual el cronopio y su mujer casi ni se mueven del hotel de tránsito donde personas incomprensibles circulan por pasillos alfombrados. De tarde se animan y toman un tranvía que los lleva hasta el puente de Carlos, y todo está tan nevado y hay tantos niños y patos jugando en el hielo que el cronopio y su mujer se toman de las manos y bailan tregua y bailan catala diciendo así: ­¡Praga, ciudad legendaria, orgullo del centro de Europa! Después vuelven al hotel y esperan ansiosamente que vengan a buscarlos para seguir el viaje, cosa que por milagro no sucede dos meses más tarde sino al otro día.

El avión de los cronopios

Lo primero que se nota al entrar en el avión de los cronopios es que estos cronopios tienen muy pocos aviones y se ven obligados a aprovechar lo más posible el espacio, con lo cual este avión se parece más bien a un ómnibus, pero eso no impide que a bordo prolifere una gran alegría porque casi todos los pasajeros son cronopios y algunas esperanzas que regresan a su país, y los otros son cronopios extranjeros que al principio contemplan bastante estupefactos el entusiasmo de los que vuelven a su país hasta que al final aprenden a divertirse a la manera de los otros cronopios y en el avión reina un clima de conversatorio sólo comparable al estrépito de sus venerables motores que es propiamente la muerte en tres tomos. A todo esto pasa que el avión tiene que despegar a las veintiuna, pero apenas los pasajeros se han instalado y están temblando como suele y debe hacerse en esos casos, aparece una lindísima aeromoza que da a conocer el discurso siguiente, a saber: ­Manda decir el capi que abajo todos y que hay retraso de dos horas. Es un hecho conocido que los cronopios no se preocupan por cosas así, puesto que en seguida piensan que la compañía les va a servir grandes vasos de jugos de diferentes colores en el bar del aeropuerto, sin contar que podrán seguir comprando tarjetas postales y enviándolas a otros cronopios, y no solamente sucede todo eso sino que además la compañía les manda servir una cena suculenta a las once de la noche y los cronopios pueden así cumplir uno de los sueños de su vida, que es comer con una mano mientras escriben tarjetas postales con la otra. Luego vuelven al avión que tiene un aire de querer volar, y en seguida la aeromoza les trae mantas azules y verdes y hasta los arropa con sus lindas manos y apaga la luz a ver si se callan un poco, cosa que sucede bastante más tarde con gran indignación de las esperanzas y de unos cuantos cronopios extranjeros que están acostumbrados a dormirse apenas les apagan la luz en cualquier parte. Desde luego el cronopio viajero ya ha ensayado todos los botones y palanquitas a su alcance, porque eso le produce una gran felicidad, pero vano es su deseo de que al apretar el botón correspondiente venga la aeromoza a traerle otro poco de jugo o a arroparlo mejor en la manta verde que le ha tocado, porque muy pronto se comprueba que la aeromoza está durmiendo como un osito a lo largo de los tres asientos que con gran astucia siempre se reservan las aeromozas en esas circunstancias. Apenas el cronopio ha decidido resignarse y dormir, se encienden todas las luces y un camarero se pone a distribuir bandejas, con lo cual el cronopio y su mujer se frotan las manos y dicen así, a saber: ­Nada comparable a un buen desayuno después de un sueño reparador, sobre todo si viene con tostadas. Tan comprensibles ilusiones se ven cruelmente diezmadas por el camarero, que empieza a distribuir bebidas con nombres misteriosos y poéticos tales como añejo en la roca, que hace pensar en una estampa con un viejo pescador japonés, o mojiito, que también hace pensar en algo japonés. En todo caso al cronopio le parece extraordinario que los hayan arrancado del sueño con el solo objeto de sumirlos inmediatamente en el delirio alcohólico, pero no tarda en comprender que todavía es peor puesto que la aeromoza aparece con bandejas donde entre otras cosas hay una tortilla, un helado de almendra y un plátano de aplastantes dimensiones. Como apenas hacen cinco horas que la compañía les ha servido una cena completa en el aeródromo, al cronopio esta comida le parece más bien innecesaria, pero el camarero le explica que nadie podía prever que cenarían tan tarde y que si no le gusta no la coma, cosa que el cronopio considera inadmisible, y así tras de absorber la tortilla y el helado con gran perseverancia, se guarda el plátano en el bolsillo interior izquierdo del saco, mientras su mujer hace lo mismo en el bolso. Esta clase de episodios tiene la virtud de acortar los viajes en el avión de los cronopios, y es así que después de una escala en Gander donde no sucede nada digno de mención, porque el día en que suceda algo en un sitio como Gander será tan insólito como si una marmota ganara un torneo de ajedrez, el avión de los cronopios entra en cielos muy azules, y por debajo hay un mar todavía más azul, y todo se pone tan azul por todas partes que los cronopios saltan entusiasmados, y de pronto se ve un palmar y uno de los cronopios grita que ya no le importa si el avión se cae, proclamación patriótica recibida con cierta reserva por parte de los cronopios extranjeros y sobre todo de las esperanzas, y así es como se llega al país de los cronopios. Desde luego el cronopio viajero visitará el país y un día, cuando regrese al suyo, escribirá las memorias de su viaje en papelitos de diferentes colores y las distribuirá en la esquina de su casa para que todos puedan leerlas. A los famas les dará papelitos azules, porque sabe que cuando los famas las lean se pondrán verdes, y nadie ignora que a un cronopio le gusta muchísimo la combinación de estos dos colores. En cuanto a las esperanzas, que se ruborizan mucho al recibir un obsequio, el cronopio les dará papelitos blancos y así las esperanzas podrán apantallarse las mejillas y el cronopio desde la esquina de su casa verá diversos y agradables colores que se van dispersando en todas direcciones llevándose las memorias de su viaje.


http://www.literaberinto.com/CORTAZAR/viajepaiscronopios.htm

http://www.sololiteratura.com/cor/obrasdecortazar.html

http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/cortazar/index.htm